martes, 11 de enero de 2011

DECIDE VIVIR


La vida va de prisa; es dinámica, no estática. No es una piscina de agua estancada, es un Ganges, no deja de fluir. Nunca es la misma durante dos momentos consecutivos. Por lo que una cosa puede ser buena en un momento y mala al siguiente.

Que es lo que hay que hacer? La solución está en que la gente llegue a tal punto de conciencia que ella misma pueda responder a los cambios de la vida.

La única manera de estar en contacto con la vida, la única manera de no quedar rezagado, es tener un corazón que no se siente culpable, un corazón que es inocente. Olvida todo lo que se te ha dicho lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer, nadie más puede decidirlo sino tú.

Evita a los que pretenden decidir por ti; toma las riendas con tus propias manos. Tú debes decidir. De hecho, en el proceso de tal decisión, nace tu alma. Cuando otros deciden por ti, tu alma se queda adormecida y apagada. Cuando empiezas a decidir por ti mismo, surge la perspicacia. Decidir significa correr riesgos, decidir significa que puedes equivocarte; quién sabe, ese es el riesgo, no hay garantía.

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